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Hoy intentaremos arrojar luz sobre qué es una contractura y cómo podemos deshacernos de ella de manera sencilla y eficiente.
¿Que Son y Cómo Aparecen las Contracturas Musculares?
Lo primero que tenemos que hacer es entender qué son las contracturas musculares y porque aparecen.
La palabra contractura hace referencia a rigidez en la contracción o algo contraído (del latín contractus), naturalmente hablamos del tejido miofascial. En la práctica, se presenta como una contracción exagerada, continuada e involuntaria de las fibras que forman el músculo, y se puede localizar muchas veces palpándose a través de la piel, ya que presenta el aspecto de un bulto o zona endurecida que nos produce dolor y además altera la funcionalidad del músculo.
Esto, la falta de funcionalidad, es en si misma una contradicción dentro de la misma definición de contractura, puesto que la función del músculo es contraerse y la contractura muchas veces impide una contracción o incluso la impide la funcionalidad del músculo con normalidad.
Quizás podría ser mucho más correcto referirnos por tanto a las contracturas como puntos gatillo miofasciales, que veremos que aparecen en diferentes partes del cuerpo, a lo largo y ancho de toda nuestra anatomía
¿Qué es un Punto Gatillo Miofascial?
Básicamente, un punto gatillo miofascial es aquel que provoca un dolor agudo o subagudo a la palpación o realizando presión sobre el punto con una superficie pequeña (por ejemplo con la punta de los dedos).
El dolor tiende a aumentar de manera exponencial al aplicar presión, llegando incluso a ser un dolor anormal, exacerbado (alodinia) aunque no presente dolor sin manipulación del mismo. También podríamos encontrarnos con dolor sin la necesidad de palpación, que es generalmente la causa de consulta habitual (punto gatillo activo).
¿Cómo localizamos un punto gatillo?
La respuesta es fácil: con nuestras manos.
La palpación generalmente se realiza de forma transversal con respecto a la dirección de las fibras musculares, y de este modo se nota dentro del paquete muscular una banda tensa que, como siempre decimos en nuestros cursos, es como una cuerda de guitarra dentro de ese paquete de cuerdas que conforman el músculo y que está más tensa que el resto.
Esto es algo que podremos notar fácilmente con algo de práctica al deslizar nuestros dedos sobre el paquete muscular, realizando una fricción con una presión media, o también podemos localizarlos con la punta del dedo y una presión de entre 2 Kgs y 6 kgs, es decir, con muy poca fuerza y “a punta de dedo” encontrando esa “cuerda de guitarra más dura y tensa que el resto” y, dentro de ésta, el punto de máximo dolor.
Para la localización de los puntos gatillo siempre nos podemos ayudar de la literatura científica, destacando los mapas de Travell y Simons sobre puntos gatillo miofasciales (PGM).
Las contracturas pueden aparecer dentro del músculo o bien en la zona media del paquete muscular o cerca de las sensaciones musculares, apareciendo por tanto en diferentes sitios en función de la forma y disposición del músculo que vayamos a trabajar.
¿Como Se Que Tengo Una Contractura? ¿Que Efectos Aparecen?
Además de por el dolor, las contracturas o puntos gatillo miofasciales producen, debido a la percepción del dolor, cambios a nivel cortical que modificarán el patrón de movimiento para evitar precisamente dicho dolor, limitando lógicamente el rango de movimiento y provocando un déficit de fuerza puesto qué haremos las cosas “con cuidado”, evitando el dolor.
¿Porque Aparecen Estos Dolores ?
Generalmente las contracturas pueden aparecer por un sobreesfuerzo puntual o bien por exceso de repetición (imaginemos a un trabajador en una cadena de montaje que siempre se agacha coge un saco no levanta y lo vuelca durante horas realizando el mismo gesto y el mismo esfuerzo), o un deportista repitiendo una y otra vez día tras día el mismo gesto deportivo, lo que podría provocar la acumulación de lactato y la aparición de estos puntos dolorosos
Está de sobra demostrado por la evidencia científica que la aparición de contracturas y puntos gatillo también está relacionado con otros factores como el déficit de vitamina D, potasio o calcio, así como una hidratación deficiente, por lo que una correcta nutrición supervisada por un especialista sería una parte fundamental a la hora de evitar las contracturas y puntos gatillo.
La mala higiene postural es otro de los factores determinantes a la hora de favorecer la aparición de dolor asociado contracturas o puntos gatillo miofasciales, puesto que el desarrollo de nuestra vida laboral pasamos muchas horas en una misma postura (muchas horas sentado o muchas horas de pie), por lo que el análisis y comprensión de la actividad laboral y/o deportiva que desarrollamos o la de nuestro cliente y los consejos adecuados para corregir y evitar estas malas posturas, serán fundamentales también.
Las contracturas y puntos gatillo miofasciales también aparecen asociados a patologías como por ejemplo en el caso de la fibromialgia, puesto que el CGRP (también ligado a los dolores de cabeza), un péptido relacionado con el gen de la calcitonina, un tema en el que no vamos a ahondar puesto que lo dejaremos para siguientes artículos, pero que básicamente los últimos estudios científicos sugieren que la incrementación de los niveles de calcitonina activa los receptores de CGRP, aumentando la percepción de dolor en diferentes zonas, produciendo alteraciones en las vías motoras y en el sistema nervioso central, incrementando la sensación de dolor.
Otra vía que puede provocar la aparición de contracturas y puntos gatillo miofasciales es el propio estrés o la ansiedad, tema que merece un artículo aparte, tanto el estrés metabólico como el emocional, puesto que ya hay suficiente literatura científica para afirmar que el estrés puede producir y produce de facto alteraciones en nuestros tejidos.
4 Teorías por las Que Aparecen las Contracturas
A nivel científico, destacaremos 4 hipótesis principales por las cuales las contracturas o los puntos gatillo miofasciales aparecen, además de las razones ya citadas anteriormente (sobreesfuerzos, movimientos repetitivos, deficiencias en la alimentación, higiene postural…):
- La teoría de la integración o crisis energética: la teoría de la integración defiende que un aumento en la producción de acetilcolina aparece dentro de nuestra sinapsis a nivel de conexión nerviosa. El aumento de la producción de acetilcolina afecta a la conexión sináptica puesto que se observa una despolarización de la membrana, favoreciendo el hipertono y rigidez musculares, alterando la función sarcomérica normal, lo qué produce lógicamente un acortamiento y la aparición de isquemia dentro del paquete muscular. A causa de este proceso neurofisiológico, aparece el punto gatillo miofascial doloroso o la contractura.
- La hipótesis del aumento de la motoneurona alfa, que está relacionada con los husos musculares, puesto que se ha demostrado a nivel científico mediante electromiografía, que esta motoneurona alfa produce una mayor actividad muscular dentro de los puntos gatillo, lo que contribuiría a producir ese estado de dolor miofascial que reconocemos como contractura o punto gatillo.
- Las cicatrices también estarán relacionadas con la aparición de puntos gatillo, puesto que el tejido cicatriz crece de manera diferente al tejido sano y también crea adherencias y perturbaciones en el tejido miofascial, produciendo cambios en la elasticidad y longitud del músculo y favoreciendo la aparición de bandas tensas dolorosas, y dentro o alrededor de éstas, contracturas o puntos gatillo.
- La hipótesis de la sensibilización central o periférica dentro de los segmentos vertebrales o dentro del propio metámero, algo que tiene mucho sentido, puesto que si hay una mayor sensibilización nerviosa, esto puede crear alteraciones en la percepción, llegando a percibir como dolorosos movimientos o acciones que antes no nos resultaban molestos, lo que podemos llamar circuito del dolor o circuito aberrante, en el que el cliente percibe dolor al movimiento incluso después de su correcta y completa recuperación tras una lesión.
Además, podríamos distinguir entre puntos gatillo activos y puntos gatillo latentes.
Los puntos gatillo activos son aquellos que duelen de por sí, sin la necesidad de tener que presionar, mientras que los puntos gatillo latentes necesitan de la exploración para dar esa respuesta dolorosa. Nosotros, en cabina, trabajaremos ambos, tanto con masaje como con tratamiento específico de los puntos, que detallaremos más adelante, para conseguir el mejor resultado posible.
Cómo Resolver Las Contracturas de Forma Sencilla y Eficaz
La propuesta práctica para resolver las contracturas o puntos gatillo qué proponemos desde Escuela Quiros intenta aportaros todas las herramientas posibles usando diferentes técnicas con eficacia probada científicamente, y que podéis usar tanto en casa como en vuestras consultas:
Un punto de partida muy interesante es comenzar con un buen masaje, que realizaremos en todo el paquete muscular o incluso en toda la cadena muscular afectada, que conseguirá ablandar el tejido y que el trabajo sobre los puntos gatillo sea mucho menos doloroso, ya que habremos calentado la zona y favorecido la circulación sanguínea en la misma además de flexibilizar las fibras, o si queremos aplicarlo en nosotros mismos en una zona de difícil acceso, usaríamos una vara de bambú, un rodillo de espuma, un palo que rodaríamos sobre el músculo, o el famoso foam rolling, que haríamos deslizarse en dirección longitudinal y transversal para conseguir el mejor efecto posible durante el automasaje.
Aquí el trabajo del terapeuta toma una importancia vital, ya que deberá escoger las maniobras de masaje más adecuadas en cada caso en función del tono muscular, la percepción del dolor del cliente ante nuestras técnicas manuales, el lugar de la anatomía en el que trabajamos, y realizar un trabajo manual lo menos agresivo posible y por contra profundo para conseguir el mejor resultado a través del masaje zonal antes de pasar a trabajar sobre el punto gatillo o contractura en concreto.
Después, pasaremos a usar la técnica de inhibición directa: Lo que debemos hacer es usar las puntas de los dedos o bien una pelota dura (personalmente suelo usar una pelota de lacrosse, de tenis o bien mis propios dedos) para buscar el punto gatillo o contractura con el músculo en extensión y en reposo, acortando después el músculo mientras sostenemos la presión sobre punto doloroso, procurando siempre que el dolor no vaya en aumento o incluso se vuelva insoportable, buscando una fase durante la contracción muscular pasiva en la que en el punto gatillo o contractura empieza a disminuir la sensación dolorosa, hasta que deje de doler completamente, manteniendo esta presión aproximadamente durante 90 segundos a 2 minutos aproximadamente, buscando después distintos estiramientos estáticos, posisométricos y dinámicos, trabajando así los haces y husos musculares que puedan presentar acortamiento, buscando aumentar los espacios a través del estiramiento.
Tras el tratamiento y los estiramientos, la aplicación de calor local en el domicilio, que incluyamos estiramientos de forma habitual y cotidiana en nuestro día a día y el ejercicio físico funcional, además de la revisión de nuestra dieta por parte de un buen dietista-nutricionista, estarían indicados para mantener la salud musculoesquelética y evitar la aparición de nuevas contracturas en la medida de lo posible, además de mejorar nuestra salud y bienestar en general, y por lo tanto nuestra calidad de vida, que es al fin y al cabo nuestra finalidad como terapeutas.
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Bibliografía
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