Reflexología Podal: Toda la Evidencia Científica

En otros artículos ya hemos explicado que las terapias milenarias en las que se basa la terapia zonal y la reflexología tenían parte de razón, porque existe una conexión entre las estructuras internas y las externas.

La Reflexología Funciona y Tenemos Pruebas

Miles de años de estudio, sobretodo por parte de los terapeutas orientales, han acabado por construir una base de conocimiento muy amplia que, a base de prueba y error, ha conseguido llegar a hacer constataciones que a día de hoy se han demostrado científicamente.

Uno de los últimos ejemplos es el olor que desprenden las personas que padecen cierto tipo de enfermedad.

La medicina tradicional china incluye dentro de su proceso de diagnóstico el olor que desprende el paciente, y aunque esto parezca un poco extraño (al menos a nuestros alumnos les parece bastante raro – y desagradable – tener que oler a sus compañeros), se ha demostrado que esto es totalmente cierto.

Por ejemplo, Joy Milne, enfermera escocesa, es capaz de predecir si una persona va a padecer Párkinson incluso cuando no presenta ningún tipo de síntoma.

Era tanta la exactitud de sus predicciones que investigadores de la universidad de Manchester investigaron qué era lo que Joy detectaba, y descubrieron que el aroma particular se debía a la presencia de ciertos ácidos que el cuerpo secretaba cuando se alteraban ciertos neurotransmisores implicados en el desarrollo de la enfermedad.

¿Seguro que la Reflexología Podal Funciona?

Son muchos los artículos en revistas científicas en los que se ha intentado demostrar la efectividad de esta terapia.

Pero aunque se encuentran casos anecdóticos en los que el resultado ha sido muy favorable, la norma general es que no existen pruebas fehacientes de que la terapia de reflexología tenga cualquier tipo de efecto, ni nocivo ni beneficioso.

Sí, y los Estudios Certifican las Bondades de la Reflexología Podal

No obstante, otros estudios arrojan datos que sí apoyarían la teoría de que los pies se conectan con el resto del cuerpo y que manipulándolos podemos influir en zonas alejadas de los mismos:

Se ha visto con resonancias magnéticas que al trabajar en los pies la zona de por ejemplo los riñones, había cambios en la circulación sanguínea renal.
Con sonografías Doppler en las que al trabajar la zona de los pies perteneciente al hígado se estimulaba la circulación sanguínea hepática.
En estudios sobre el efecto de la reflexología podal en pacientes sometidos a tratamientos contra cánceres de diferentes tipos, se vio que los pacientes referían por lo general menos dolor, menos ansiedad o que se sentían, en general, mejor, aunque sin precisar qué era lo que notaban que les hacía estar mejor
Estudios en empresas que contrataron a un reflexólogo podal vieron que los días que sus empleados estaban enfermos se redujeron de un 25% a un 40%, y que sus empleados aseguraron que el tratamiento había tenido efectos positivos con tasas de hasta el 97.5% de éxito
Un estudio sobre las migrañas vio que el tratamiento con reflexología podal conseguía tener el mismo efecto positivo, reduciendo las migrañas, que el tratamiento con medicación (flunarizina) pero sin sus efectos adversos

Pero Ojo con el Efecto Placebo de la Reflexología

Muchos de los estudios indican que quizás los efectos beneficiosos se deban al efecto placebo, que consiste en que si un paciente sabe que va a someterse a un tratamiento que va a ser beneficioso para él o ella, siente los beneficios aunque no se le administre el tratamiento.

El efecto placebo está científicamente demostrado y funciona a la perfección.

De este modo, muchos estudios sobre los efectos de la reflexología dicen que puede que los efectos beneficiosos que se han observado pueden deberse a este efecto, pero pocos lo pueden asegurar ya que no han realizado estudios comparativos con grupos control, con dobles ciegos, etc.

No obstante, sabemos que este efecto funciona y que si una persona viene a someterse a un tratamiento de reflexología podal lo hace porque esperará que funcione, más si ha pagado por ello.

El Contacto Humano: La Oxitocina y el Cortisol

Existe otro factor que no hemos visto que se cite en ninguno de los artículos que hemos consultado, y es el efecto que tiene sobre tu cuerpo el hecho de que una persona, el/la terapeuta, pase una hora preocupándose de ti: te acomoda en la camilla, te tapa, te pone cojines, te masajea…

Seguramente hayas oído hablar de la oxitocina, una hormona que se segrega durante el parto para facilitarlo y que, además, aumenta el sentimiento de afecto por el recién nacido.

Ahora se sabe que segregamos oxitocina en otras situaciones, como por ejemplo cuando nos abrazamos o en general con el contacto físico.

Producida en la pituitaria, provoca a su vez que se segregue más serotonina y dopamina.

La dopamina se receta para problemas de ansiedad social, anhedonia o incapacidad para experimentar placer, apatía, etc., y la serotonina es conocida como la hormona de la felicidad ya que regula el estado de ánimo, el apetito, la digestión, el sueño, la memoria, el deseo, la función sexual, etc.

Además, el contacto hace que se rebajen los niveles de cortisol, la hormona que aumenta su concentración en situaciones de estrés no sólo mental sino también físico.

Así, si sumamos los efectos beneficiosos de reducir el cortisol y ver aumentados la oxitocina y con ella la serotonina y la dopamina, veremos reducidos nuestro estrés mental y físico, nuestra ansiedad, estaremos de mejor humor, dormiremos mejor, sentiremos mayor placer, tendremos apetito, tendremos mejor memoria, etcétera.

Así que, con efecto placebo o no, no debemos desdeñar el efecto beneficioso que es el hecho de someterse a un tratamiento en el que una persona va a estar cuidándote y manteniendo contacto piel con piel contigo.

Hay que Leer los Estudios Científicos

Uno de los problemas de los estudios científicos es que se necesita una evidencia suficiente, con pruebas que sean reproducibles.

Esto significa que necesitan un número suficiente de sujetos sobre los que aplicar un tratamiento que debería ser homogéneo.

Y la homogenidad o el hecho de que exista un protocolo de tratamiento ya suele ser un problema que se destaca en estos estudios. Dicen que, al no ser terapias contrastadas, no existe un protocolo determinado de aplicación y con ello estudios diferentes no son en realidad comparables o no se podrían recopilar los datos de estudios diferentes para lograr un metaestudio que consiga arrojar luz sobre la efectividad de la reflexología y de otras terapias naturales.

Es decir, los investigadores asumen que es necesario realizar experimentos más controlados y mejor hechos, de modo que están afirmando que sus deducciones podrían ser mucho más rigurosas o que se necesitan más estudios para llegar a una conclusión representativa.

Es decir, avisan de sus conclusiones hay que tomarlas con prudencia.

Otra conclusión que nos parece muy ventajosa es que no se han demostrado efectos positivos, pero tampoco negativos.

¿Qué quiere decir esto? Que según los estudios no podemos mejorar la salud de nuestros clientes, pero tampoco empeorarla, lo cual nos da la seguridad de que aplicar el tratamiento de reflexología no va a hacer daño a nuestros clientes así que, ¿por qué no probar?

Mi Opinión Personal: ¿Funciona la Reflexología Podal?

Durante mis años de dedicación al campo de las terapias naturales, donde llegué por casualidad, he conocido a muchísima gente que tiene una fe casi ciega en terapias de las llamadas alternativas, ya fuera el reiki, la gemoterapia o energías universales varias.

Mis alumnos, y especialmente mis alumnas, han intentado en numerosas ocasiones que me pase “al otro lado”, pero no han tenido éxito, y eso que cuando me sometían a sus terapias mágicas yo iba 100% predispuesta (bueno, quizás un 90% predispuesta…).

Siempre he sido escéptica con todas estas terapias, ya que mi formación científica como Bióloga me hace ver las cosas desde un prisma diferente.

Y ya no sólo por el contenido teórico que ha incluído mi formación respecto la fisiología, la química, la física, la bioquímica o la anatomía, sino también por otras materias de estudio obligado durante mi carrera como son los fundamentos del método científico o la estadística.

Todas las terapias que se enseñan en nuestra escuela se enseñan porque las hemos estudiado, y eso significa que las hemos probado sobre nosotros mismos durante horas y horas, y después las hemos puesto en práctica sobre nuestros clientes, y más tarde sobre nuestros alumnos, comprobando que los efectos de estas terapias eran reales.

¿Y qué ocurre con la reflexología?

Tengo una relación complicada con la reflexología.

Primero, porque lo pasé fatal durante el curso en el que aprendí a aplicarla, porque mis pies son extremadamente sensibles (sinceramente, me alegré de que acabara el curso).

Segundo, porque no existen pruebas científicas concluyentes que apoyen los resultados que la reflexología podal afirma tener.

Y tercero, porque aun sabiendo que no existe nada que explique los resultados de la reflexología podal, resulta que pones en práctica esta técnica… y funciona.

¿Mi reacción cada vez que pongo en práctica esta terapia? Básicamente, estupor.

Estupor por el intensísimo dolor que se percibe en los puntos activos ya estén en los pies o en las orejas (zonas reflejas como las manos, la cara, el cráneo, las fosas nasales o la cavidad bucal no presentan correspondencias claras) y que no eres capaz de sentir en otras zonas del cuerpo.

Estupor porque cuando viene un cliente al que le duele mucho el codo y le tocas justo en la zona del codo, aunque no sepa qué le vas a hacer, salta de dolor (y de sorpresa) cuando le tocas en la zona correspondiente del pie.

Y porque ocurre lo mismo cuando vienen con dolores de cabeza, de rodilla, con estreñimiento, con reflujo ácido, problemas hormonales, etc.

Así que a ti, que si estás leyendo esto es porque esperas poner en práctica esta técnica, te digo que aquí tienes a una descreída totalmente creyente en la reflexología.

Pero una creyente a la vez prudente, ya que nunca aconsejaría a un cliente que dejara un tratamiento médico, nunca discutiría un diagnóstico médico y nunca asustaría o preocuparía a un cliente dándole diagnósticos basados en los puntos de dolor que pudiera encontrar en los pies.

En Conclusión

Disfruta con esta técnica, haz que tus clientes (o pacientes si eres personal sanitario) la disfruten también, pero quédate en tu lado de la línea sin cruzarla, de ese modo no te estarás poniendo ni a ti ni a tus clientes/pacientes en riesgo.